Las durezas son capas extensas de piel endurecida debido a la excesiva fricción o presión de la piel con el hueso, el calzado o el suelo.
En la mayoría de los casos se deben a una deformidad ósea, una forma determinada de andar, o un calzado inadecuado, aunque también pueden deberse a un tipo determinado de piel.
Eliminación incruenta e indolora de la capa engrosada de la piel compuesta por células muertas, queratinizadas, descamadas, impactadas y distorsionadas mediante bisturí, hasta llegar al tejido sano.
Pero normalmente las durezas vuelven a aparecer sino se corrige la causa que las provoca. Para una solución definitiva se colocan padding (almohadillados) o soportes plantares, que corrigen y distribuyen de una forma adecuada las zonas de presión en el pie.
La falta de hidratación en pieles secas o con anhidrosis, es uno de los motivos para que dicha capa cornea se acumule, formándose la hiperqueratosis; por lo que una hidratación diaria, con cremas con urea, así como un calzado cómodo y fisiológico, sin tacones superiores a cuatro centímetros y el uso de calcetines o medias de algodón lana o hilo, evitando los calcetines o medias acrílicos, son las mejores medidas preventivas.
Las hiperqueratosis plantares: causadas por una carga continuada y estas pueden ser:
De alguna de las cabezas metatarsales, por dos patologías frecuentes, un metatarsiano largo o plantar flexionado, consecutivo también a un dedo en garra.
De todos ellas, fundamentalmente de las cabezas metatarsales centrales, por patología asociada como un Hallux Valgus (juanete) o un pie cavo etc.