La existencia en la sociedad actual de un gran número de enfermedades, inicialmente no relacionadas con patologías en los pies (por ej. diabetes, obesidad, trastornos cardiovasculares, estrés..), con potencial para mermar la calidad de vida del paciente, ha favorecido la aparición de conductas eventualmente generadoras de riesgo de enfermedad en los pies. En la medida en que tales enfermedades suponen transformaciones importantes en la morfología estructural del cuerpo en general, y del pie en particular, plantean demandas que, a su vez, requieren la adopción de medidas concretas de intervención podológica.
Son factores relacionados directamente con el proceso de Prevención:
De ahí la importancia de proporcionar a la población, información sobre el modo mejor de afrontar el cada vez mayor número de enfermedades que pueden mermar la calidad de vida, debido a la persistencia de determinadas conductas, potencialmente generadoras de riesgo de enfermedades en los pies, así como la importancia del podólogo en dicho proceso de prevenvión.
Prevención Primaria:
Está enfocada a evitar la aparición de la enfermedad en general, y del pie en particular, por medio de actividades educacionales y de diagnóstico precoz selectivo en pacientes con enfermedades de base como la Artritis Reumatoidea, Cardiopatías, Diabetes, Estrés u Obesidad.
El Podólogo nos Dice:
El Podólogo nos Aconseja:
Prevención Secundaria:
Está enfocada a detectar la enfermedad al principio de su evolución. Los programas de promoción de la salud dirigidos específicamente a un grupo poblacional proporcionando información apropiada para que las personas comprendan mejor la problemática de las patologías del pie en particular y del estado físico y psicológico en general, recalcando la importancia de estos programas en:
Su enfoque va a ir encaminado a limitar las complicaciones y la discapacidad debidas a la enfermedad presente. Los grupos poblacionales con mayor exposición a la enfermedad son:
El rol del podólogo en el cuidado de la salud en general y del pie en particular permite a los pacientes que acuden al podólogo, adquirir confianza, así como una mayor implicación en la gestión del riesgo de la salud del pie y una búsqueda de un cambio de conductas individuales para la promoción de la salud
En niños con patologías en los pies permite conocer los síntomas físicos y las limitaciones que generan restricciones en la participación y en su desarrollo social.
La educación va a permitir modificar las actitudes y las conductas y de esa manera mejorar la experiencias del niño relacionadas con la autoestima y la percepción del ambiente.
El papel del podólogo en el tratamiento de las úlceras en el pie en pacientes con diabetes o artritis contribuye a evitar complicaciones, siendo la prevención terciaria aquí un elemento de control de la salud en general y del pie en particular.
En esta etapa, el estado anímico y las experiencias positivas de los ancianos contribuyen de manera significativa al mantenimiento de la salud y permiten evitar la involución sensorial, motriz e intelectual más acentuada en este grupo poblacional. Si no fuera de ese modo, se generaría un empobrecimiento de la vida afectiva, de los contactos sociales o de la propia autonomía, imprimiendo una mayor dificultad a la adaptación a situaciones nuevas, potenciando un sentimiento de inseguridad y repercutiendo de manera negativa en la calidad de vida